Por fin vas a conocer al amor de tu vida. Estás casi al final del embarazo y no puedes esperar para abrazar a tu bebé. Aunque finalmente la cosa termine en cesárea con unos sencillos cuidados la cicatriz no te causará ningún problema.
Tras mi operación amanecí con una cicatriz como si la de una cesárea se tratase. Al principio incluso la tuve hinchada y como con líquido bajo la piel.
A raíz de esa bolsa de líquido que tenía bajo las grapas primero y bajo la cicatriz después empecé a investigar qué podía ser. Llegué a pensar que tenía un seroma, menos mal que no fue así.
La médico me dijo que me tranquilizase, que sólo era sangre y que se iría absorviendo poco a poco. Afortunadamente se cumplió su diagnóstico.
El caso es que también encontré información que indicaba que las cicatrices pueden generar adherencias internas que algunas veces pueden ser tan grandes que pueden llegar a provocar serios problemas. Así que no lo pensé más y enseguida empecé a investigar para intentar evitar esas complicaciones.
Otro de los aspectos que me preocupaba es que pasara desapercibida. En ese momento como que le tenía un poco de manía a la dichosa «raja» y no quería que se notara nada. Así que esta fue otra de mis motivaciones para prestarle atención e intentar cuidarla.

En la imagen podéis observar el hematoma alrededor de la línea de la cicatriz
Por todo esto solicité cita con mi fisio que estuvo evaluando mi herida y me indicó «ejercicios» para prevenir adherencias, evitar molestias y movilizar la zona lo que ayudaría a que cicatrizara mejor. ¿Y qué mejor momento que ahora mismo para compartir todo lo que aprendí?.
Consejos para el cuidado de una cicatriz
Los cuidados principales son tres:
- Mantén hidratada la zona que rodea la cicatriz para que conserve su elasticidad.
- En cuanto te sea posible, y tu médico lo aconseje, puedes utilizar productos sobre la cicatriz que ayuden a sanarla. En mi caso fue aceite de rosa mosqueta virgen ecológico de primera prensión en frío, ya sabéis que siempre busco lo más natural. También podéis emplear una crema específica cicatrizante o aquella que os de buenos resultados.
- Masajes para evitar adherencias. Para realizar esto lo mejor es acudir a un profesional, como un fisioterapeuta y que te realice algunas sesiones y además te explique cómo puedes hacerlo tú en casa. Este punto es importante pero para obtener buenos resultados hay que ser constante aunque sean unos minutos al día.
Aunque , como es lógico, quieras tener tu cicatriz lo mejor posible, al final lo más importante de todo es que te aceptes como eres. En el caso de la cicatriz de cesárea recuerda que forma parte de ti porque es la puerta por la que tu hijo entró al mundo y no hace más que evidenciar que eres mamá. Por eso, aunque no puedas quererla, intenta al menos aprender a tolerarla.
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