Los botines llevan ya unos cuantos años pisando fuerte (nunca mejor dicho). Este año, sin ir más lejos, he querido comprar unas botas para mí en una tienda y me han ofrecido las de la colección del invierno pasado porque en palabras de la zapatera: «no se llevan y de temporada sólo tengo botines«.

Modas aparte, a mí siempre me han gustado mucho, sobre todo para las niñas y por eso quería unos para este invierno… y en la web de Destroy Kids encontré dos joyas.

Para Emma quería unos botines «básicos», que pudiera combinar con mucha ropa y que le gustasen a ella sin tener brillantes ni purpurinas (ya la conocéis). En cuanto vi los CLOHE 1 supe que tenían que ser míos. Bueno, de mi hija, porque cumplían todas mis premisas y además tienen un punto rockero que me encanta… y por suerte a Emma también le gustaron. (Menos mal).

Y lo mejor es que además una vez puestos le gustaron más aún porque va súper cómoda.

Además son muy fáciles de poner y quitar ella sola. Tanto que lo hace con tal rapidez que no me pone problemas para llevárselos al cole aunque tenga psicomotricidad, expresión corporal o cualquier actividad en la que se han de quitar los zapatos.

Esta «sesión casera» de fotos me sirvió para descubrir a la super preadolescente que habita en el fondo de su cuerpito de niña. Posando sin que yo le dijera prácticamente nada. ¡¡Pánico me da!!.

Lo de los botines LAU 2 de la pequeña merece mención aparte. Desde que los vi en la web me chiflaron. ¿Pueden ser más molones con esa mezcla del charol y velvet?.

Sabéis de mi gusto/obsesión por el brilli-brilli, así que con el charol ya me tenían conquistada, pero encima el meterle terciopelo les da un contraste que hace que salgan de las típicas botas acharoladas. ¿Se nota mucho que me encantan?.

Y ahora mi parte maruja viene a contarte que los de la pequeña son lo mejor de lo mejor en cuanto a limpieza. Si vamos al parque o alguna zona con tierra, arena o similar y se cubren con una capa de polvo paso un trapo húmedo o una toallita de bebé por el charol ¡¡y listo!!.

Por si fuera poco la pequeña también es capaz de quitárselos sola y ponérselos sin subir la cremallera. Favorece su autonomía y la verdad es que a mí me viene fenomenal.

Aunque siempre serán mis bebés y muchas veces visten como las niñas dulces que son, a veces me apetece darles un punto rockero como el de este look. De vez en cuando no está mal romper con el estilo habitual, ¿verdad?.