Después de casi 8 meses de estudio acabo de examinarme de una promoción interna. Aprobé la oposición en 2007 y desde entonces no había vuelto a hincar codos. 10 años de anquilosamiento mental, neuronas oxidadas y dos hijas lo han convertido en una experiencia durísima que he decidido compartir con vosotras en una serie de posts dedicados a ser mamá opositora.
Antes de empezar quería decirte que estudiar nunca es tarea fácil, pero mucho menos si tienes hijos. Así que si estás leyendo esto y no tienes descendencia te doy un consejo: Si quieres opositar, sacarte una carrera o realizar cualquier cosa que tenga que ver con estudiar ¡¡hazlo ya!!. Luego la cosa se complica, y mucho, te lo aseguro.
El apoyo de la familia y/o la pareja es fundamental
Vas a estar muchas muchísimas horas dedicadas a entender cierta información, memorizarla, saber aplicar lo estudiado. Tu vida social se va a reducir al mínimo y tu tiempo para el resto de cosas que no sean el estudio va a ser bastante inferior a lo habitual. Si no tienes el apoyo de tus padres, familia o pareja se hace muchísimo más difícil y diría que casi imposible.
Pero para que puedan ayudarte es fundamental que conozcan tus necesidades desde antes de empezar y puedan planificarse de acuerdo a ellas. Debes ser muy sincera y explicarles todo bien: lo que quieres hacer y, sobre todo, lo que necesitas de ellos y durante cuánto tiempo, para que seas conscientes de «lo que se les viene encima» y no piensen que va a ser algo puntual o de «un par de semanas» y luego se lleven un chasco al descubrir que el nivel de compromiso que tú esperas de él/ellos es muy superior a lo que están dispuestos a ofrecerte. Como digo, el diálogo en la etapa previa a meterse de lleno en faena es fundamental.
¿Cómo me han ayudado a mí?
En mi caso concreto, han sido muchos meses, pero gracias al apoyo familiar he podido ir arañándole minutos al día: se han quedado con mi hija pequeña mientras la mayor estaba en el cole, nos han preparado la comida, han recogido a Emma de clase… Básicamente me han regalado su tiempo para poder aprovechar el mío estudiando.
«Lo de tu marido no tiene mérito, al fin y al cabo también son sus hijas» podréis pensar algunas. Y en eso tenéis razón porque además en esta casa no nos tienen que enseñar de corresponsabilidad, pero las últimas semanas he sido nula en cuanto a tareas del hogar. Hablando claro: no he hecho nada. Él se ha encargado de todo; y cuando digo todo es TODO. Por si eso no fuera poco ha gastado días de vacaciones para que en esas últimas semanas yo apurara a tope las horas del día y puediera dar el «empujón final».
Lo dicho, con la ayuda de la familia se lleva mucho mejor.
Después de estas palabras tan «alentadoras» ejem, ejem ¿aún tienes ganas de seguir estudiando?. ¡¡Enhorabuena por tu determinación y mucho ánimo!!. Te seguiré contando más cositas.
Comentario
[…] de estudiar, ya sea una oposición o lo que sea, siendo mamá. Tras abordar la importancia de contar con el apoyo del entorno, esta vez le ha tocado el turno a todo lo que concierne al ambiente de […]