Después de un tiempo sin publicar, vuelvo con un post reivindicativo contra la «costumbre» de obligar a los niños a comer en los comedores escolares. En mi caso acabó con un escrito al centro y a la empresa del comedor que os dejo al final del post por si queréis adaptarlo a vuestras necesidades.
Los comedores escolares suelen ser un lugar de tensiones tanto para padres como para niños. Se juntan muchos peques de distintas edades en un espacio no demasiado grande.
Si a eso le sumamos el ruido por el uso normal que se suele producir, los gritos de niños y monitores y la tensión que todos experimentan por si se comen o no la comida no es de extrañar lo excitados que salen de este espacio del colegio.
Soy consciente de que, al menos en el centro al que van mis hijas, la gran mayoría de padres están a favor de que sus hijos coman siempre que no haya agresiones o maltrato evidente para lograrlo. Lo que yo no entiendo es cómo las amenazas veladas, las coacciones y los premios o castigos no se ven como lo que son: un maltrato a los niños.
Como soy una especie rara en el comedor de mi centro antes de que mi hija mayor se quedara a comer un solo día hablé con su monitora, que es la que le sirve la comida. Mis palabras textuales fueron: “No fuerces a mi hija a comer. No tiene ningún problema de alimentación, así que si sólo quiere beber el agua pues no pasa nada”.
Lo que al principio parecía no suponer ningún problema, con el tiempo no sé cómo se transformó en todo lo contrario. Mi hija me empezó a transmitir, en el contexto de otras cosas que me contaba, que le animaban a comer “tres cucharaditas más”, a decirle que “saldría al patio cuando se acabara al menos medio plato”, o a recibir normas del tipo “sólo os podéis dejar un ingrediente de todo el menú”.
Imaginad mi sorpresa e indignación. Me reuní de nuevo con su monitora y me dijo resumidamente aunque con otras palabras que si permitía que mi hija se dejara comida los demás querrían hacer lo mismo. Mi respuesta fue clara: “Yo no sé qué situación tienen los demás niños y cuál es la opinión de sus padres al respecto. Quiero que mi hija coma lo que le apetezca”.
Me dijo que así lo haría, pero en previsión de que la situación pudiera repetirse, además llevé un papel hecho por su pediatra que decía que se recomendaba no forzar a comer a mi hija… así que imaginad mi estupefacción cuando tiempo después mi hija me relata que le sucede algo similar. Sumadle además el contexto de la conversación:
– Emma, ¿a qué has jugado en el patio?.
– A familias con fulanita, menganita y pepito.
– Pero si menganita no se queda a comedor, cariño.
– Claro. Eso ha sido en el patio del almuerzo. En el del comedor no he jugado.
– ¿¿¿¿¡¡¡¡Cómo!!!!????. ¿¿¿Por qué???.
– Porque como no me había acabado el segundo plato no podía salir a jugar.
Me ardía la sangre. Seguro que podéis entender cómo me sentí en ese momento y las ganas que tenía de volver a reunirme con su monitora, que además ahora era jefa de monitoras.
La reunión fue de lo más surrealista. No sólo me dijo que el comedor era un servicio del centro opcional al que podía elegir si lleva a mi hija o no sino que tuvo la poca vergüenza, porque no se me ocurre llamarlo de otra manera, de decirme que había una norma de la empresa de comedor en que decía que de cada plato había que comer la mitad.
Conforme le daba argumentos contra dicha norma y le decía que en ningún caso podía contravenir un criterio médico, dicha norma interna de la empresa se transformó, en boca de esta monitora, en una normativa de la Conselleria d’Educació (Consejería autonómica). Le contesté que me dijera cuál, que yo estaba en la comisión de comedor y que no me sonaba algo parecido.
La monitora me dijo que lo preguntaría a su jefe. Entonces ya no me pude contener. Le dije algo así como que de normas precisamente sé un rato y que no se preocupara que la buscaría yo.
Salí de aquella charla pensando «se van a cagar» y empecé a informarme para preparar «un documentito» que al final sólo fue de 7 folios y que entregué al profesor responsable del comedor por registro de entrada.
Como os decía al principio del post, tras emplear bastante tiempo en redactarlo no quiero que se quede sólo para mi uso personal, así que os lo dejo al final en formato .doc para que podáis usarlo si quereis. Para vuestra comodidad os he marcado en rojo las partes que tendríais que modificar (no diréis que no os lo dejo mascadito… :)).
Las caracterísiticas principales en las que me he basado para hacerlo son:
- Respaldo científico y normativo. La primera parte de mi escrito, con evidencia científica y normativa estatal, es una copia adaptada de lo que Julio Basulto nos cuenta en este fantástico post. He cambiado el orden de los párrafos y lo he adaptado a mi situación concreta pero los estudios que cito son los mismos que él indica.
- Luego lo he personalizado con normativa de la Consejería de Educación de mi Comunidad Autónoma (C. Valenciana) y con documentos oficiales elaborados por el Departamento de Sanidad y otros organismos oficiales. Si sois también de Alicante, Castellón o Valencia os sirve al 100%.
- Podéis añadir, para ceñiros más a vuestra situación, alguna parte de la normativa del comedor de vuestro centro, del reglamento de régimen interno u otros documentos que os puedan servir para defender vuestra posición. Yo no añadí nada de esto porque dichos documentos están modificándose en el cole de mis hijas además de que consideré que con lo expuesto ya tenía más que suficientes argumentos para defender lo que pretendía.
- Y para acabar, solicito lo que quiero (que cesen de forzar, fomentar, sugerir… a mi hija que coma más de aquello que no le gusta o que desoiga su sensación de saciedad). Estuve dudando si usar “exijo” o “solicito” aunque finalmente usé la última porque me parecía menos agresiva y pensé que, con todo lo dicho, ya quedaba claro que era una petición firme y que, de no cumplirse, volverían a saber de mí.
Podéis descargarlo de este enlace.
PD: Este escrito nunca habría sido capaz ni de redactarlo ni de entregarlo sin la inspiración de Lorena Moncholí de la que ya os hablé en esta entrada.
Comentario
¡Que buen post! Soy un joven emprendedor y no saben cuanto me ha ayudado toda la información que he leido acá. Redacto articulos para mi blog y me gustaria que me autorizaras a usar ciertas cosas de tu articulo por tanto te dejaré mi red social, estamos en contacto
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