La llegada del buen tiempo invita a pasar el máximo tiempo posible al aire libre. Si a los adultos nos apetece, los niños casi podríamos decir que lo necesitan, y nosotros intentamos que las peques disfruten lo máximo posible de la naturaleza.
Cerca de Valencia encontramos muchos sitios donde echar la mañana en familia o con amigos o incluso casi que pasar el día si queremos. Ya os he hablado de algunos que se encuentran a pocos minutos de Valencia como la zona del bosque del Saler o el parque Maldonado de Riba-roja.
Un amigo nos comentó que había un área recreativa chulísima que, aunque pillaba un poco más lejos de Valencia, merecía la pena el trayecto de alrededor de una hora en coche. Y ¡¡cuánta razón tenía!!, el área recreativa Puente Alta de Calles es una auténtica pasada para ir con niños (también sin).
Al área recreativa se llega siguiendo la carretera que va desde el pueblo hacia el lecho del río Turia. Se encuentra en medio de una preciosa pinada, que proporciona zonas de sombra natural, permite a los niños jugar libremente y proporciona leña en caso de que sea necesario.
Coincidimos allí con 5 grupos más que también escogieron Calles para pasar la jornada, pero en una zona tan extensa y bien preparada casi que ni nos oíamos.
Lo que sí me vino bien es para tomar nota de lo bien equipados que iban algunos: red y equipo de badminton, pelota de futbol, cometas…
Además de la pinada y un espacio para aparcar bastante grande, la zona cuenta con varias instalaciones cubiertas (lo que nos vino genial por una nube pasajera que dejó unas gotas en medio de un día estupendo). Todas están agrupadas en la misma estructura: paelleros para cocinar, unos grifos con agua (no potable) para apagar las brasas al finalizar y limpiar los utensilios, zona de recogida de basuras, mesas y bancos de piedra donde comer e incluso una pequeña casita diáfana con una chimenea en la que encendimos un fuego durante la sobremesa y donde los niños nos prepararon varias «actuaciones».

Zona de grifos y horno
En la pinada,y tras llenar el estómago, aprovechamos para observar bichitos varios con los peques y enseñarles a diferenciar qué ramas de las del suelo valían como leña y cuales no. Además también aprendimos sobre la resina de los pinos y además aprovechamos y como era Pascua les hicimos una mini gymkana improvisada con pistas en forma de dibujos para que acabaran encontrando un huevo de chocolate por niño que se comieron para merendar.
En un ladito encontramos el cauce del río Turia, al que nos acercamos con los niños, en forma de expedición. Lo bueno es que permite refrescarse en pleno verano cuando las temperaturas son más altas, pero en otras estaciones como que lo dejamos solo para valientes, ¿no creéis?.
En definitiva: una zona perfecta para pasar un día o como punto de descanso de alguna ruta de senderismo cercana.
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