Estar embarazada es una sensación genial que, normalmente, experimentamos pocas veces en la vida. Además es milagroso pensar que hay una vida en tu interior y que esa tripita (o tripota) alberga al que en unos meses será uno de los amores de nuestra vida.
Por todo esto (y a veces por vanidad, porque estamos estupendas embarazadas ¿a que sí?) las parejas o las mamis decidimos inmortalizar el momento con una sesión de fotos.
Como no podía ser de otra manera yo confié en Paolo Bocchese, del que ya os he hablado en alguna ocasión. Lo que más me gusta de él, y es el motivo por el que lo contraté como el fotógrafo de mi boda cuando aún no le conocía en persona, es la espontaneidad que muestran sus fotos.
Esto lo consigue porque aparte de ser un profesional como la copa de un pino, transmite mucha tranquilidad y familiaridad lo que, por lo menos a mí, me hace sentir muy cómoda y me permite mostrarme como soy, sin tapujos. Tanto es así que parte de la sesión, la que hicimos en su estudio, la hice sin ropa. En exteriores sólo me atreví a quitarme el sujetador (¡¡si es que soy una desvergonzada!! y total para lo que hay que enseñar…).
Con un poco de censura (los desnudos los guardo para casa) y ocultando la cara de mi peque como suelo hacer aquí os dejo una pequeña muestra para que comprobéis que no miento cuando hablo de la calidad de Paolo como fotógrafo.
Si queréis conservar para siempre un recuerdo de vuestro embarazo, boda o algún acontecimiento importante de vuestras vidas no podríais poneros en mejores manos.
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2 Comentarios
No puedo decir más que PRECIOSAS! Las fotos y vosotras.
Muchas gracias amore.