Siempre me ha encantado la música. Creo que es una de las pocas cosas que me suele poner la piel de gallina aún a día de hoy. Una pieza bonita, una voz afinada… no sé por qué pero me emocionan un montón y mi cuerpo lo demuestra.
No sé si mi amor por la música tiene que ver con que mis padres me apuntaron a solfeo de pequeña o es una cosa innata, la cuestión es que desde que supe que estaba embarazada pensé en que quería compartir por mi peque mi pasión por las notas.
Por suerte, y herencia de mi abuela paterna, en casa tengo un piano. Para el tute de traslados que lleva y tal, la verdad es que está bastante bien. Quizá algunas notas desafinadas y la sordina que funciona regular pero vamos ¿qué más puedo pedir?.
Bolita me pide de vez en cuando tocarlo, y yo la siento en la banqueta y ella golpea alegremente las teclas.
A Emma le compré un xilófono cuando tenía poco más de un año. No veáis lo que me costó. Los que están pensados para niños no están afinados, suelen tener pocas notas y además la mayoría son de plástico. La ventaja es que las baquetas suelen ser todas de una pieza con lo que se minimizan los riesgos de asfixia o atragantamiento.
Por todo ello decidí comprar un metalófono pequeño en una tienda de instrumentos. La principal razón era que estaba perfectamente afinado y aunque tuviera baquetas hechas en dos piezas tampoco iba a dejar que jugara con él sola así que riesgo eliminado.
No os niego que en alguna ocasión, sobre todo al principio que era más pequeña, se llevaba una baqueta a la boca, pero como mami o papi estaban allí no ha habido mayor problema. Y los buenos ratos que pasa golpeando, que no tocando, sus notas bien merecen la pena.
Tengo una guitarra nueva que apenas he usado (tendré que buscarme canciones para cantárselas a Emma). De momento me da cosa que la toquetee mucho, la veo como más delicada.
Este verano añadimos unas claves cubanas, que me parecen perfectas como instrumento de percusión. No es el «típico» tambor, tiene su intríngulis para tocarlas correctamente y además no son tan machaconas como otros instrumentos de ese tipo. El único pero es que Bolita ya se ha golpeado un par de veces el dedo…menos mal que no tiene demasiada fuerza.
La última adquisición fue un juego de campanas como éste, regalo de su tía, y que creo que me gustan más a mí que a ella. Quienes me seguís en Instagram ya habéis visto a la peque deleitándonos con ellas jajaja. Estas navidades las voy a explotar, ya os contaré pero creo que serán un éxito en las reuniones familiares.
La música además tiene mucho de matemáticas: ritmo, métrica… ¿Os animáis a «musicalizar» vuestro hogar?. ¿Tenéis alguna sugerencia de instrumentos para compartir?
Comentario
[…] os conté no hace mucho lo que nos gusta la música en casa. Si a vuestros peques les pasa como a Bolita que en cuanto oyen un par de notas empiezan a […]