A raíz de unos posts que estoy escribiendo sobre libros infantiles (éste y otros que están aún por ver la luz) últimamente me he preguntado si en general estimulamos a los niños para que disfruten de la lectura y cómo hago y/o quiero hacer yo para que Bolita ame los libros tanto como yo lo hago.
En mi familia siempre hemos tenido libros a nuestro alrededor. Mi padre los devoraba (ahora no tanto, debe ser que la vista se le cansa más) y desde peque yo le solía pedir a mi madre que me comprara libros: primero de El barco de vapor, conforme fui creciendo los cambié por Alfaguara y luego cualquiera que me vendieran bien o cayera en mis manos. De hecho cuando alguna vez acompañaba a mi madre y mi yaya a comprar a algunos grandes almacenes, cuando pasábamos por la sección de libros y me paraba a mirar o intentaba comprarme alguno para el verano siempre acababan regalándome un ejemplar. «Libros los que quieras», recuerdo que me decían.
Lo primero a tener en cuenta, como siempre, es que los peques aprenden por imitación, así que es conveniente, por no decir fundamental, que vean leer a sus padres (aunque sea la prensa). En mi caso, desde la llegada del libro electrónico, la verdad es que no leo en papel ni un cuarto de lo que leía antes y por eso me he obligado un poco a leer libros en formato «tradicional» para que Bolita me vea. En esto me me han ayudado varias amigas pertenecientes a mi círculo de madres que me han prestado varios libros, especialmente sobre crianza.
Poner a su alcance libros adecuados a su edad despierta su interés por ellos y lo incorporan como un juguete más. Si les facilitamos su manipulación, poniéndolos en estantes a su altura o revisteros en el suelo, les permitimos que puedan ojearlos y hojearlos siempre que quieran aunque no estén con ningún adulto.
Por suerte para nuestra nena, tenemos una gran biblioteca en casa. La mayor parte de los libros son herencia de sus primos, aunque poco a poco me estoy encargando de que aumente el número de ejemplares de su propiedad ;).
Deberíamos también preocuparnos por ofrecerles variedad. Variedad en tamaños, idiomas y formas de los libros y también en formato: con pestañas, tipo pop-up, con texturas… Así le resultará una atractiva actividad con la que trabajar su motricidad fina, su vista, su tacto…
Otro aspecto muy importante es leer para y con ellos. Compartir ratos con nuestros peques, cuando aún no lean, incluso cuando no mantengan la atención, y leerles sus libros. Viviendo la historia, usando distintas voces para cada personaje, gesticulando si es necesario e incluso complementando lo que ocurre en el relato con piezas inventadas en las que les podemos invitar a teatralizarlas con nosotros. Si somos buenos cuentacuentos os garantizo que un peque entretenido con otro juguete lo abandona y se entrega por completo al libro (me ha pasado).
Ya veréis como llegará el día en que vuestro hijo os contará, como buenamente pueda, el cuento a vosotros. Es super gratificante comprobar cómo recuerda las palabras y lo que le señaláis en cada página.
Si encontráis alguna actividad tipo cuentacuentos o similar como hacen en algunos centros comerciales o asociaciones también podéis ir con los peques y que disfruten de una buena historia acompañados de mucnos más niños.
Un buen momento para contar cuentos es cuando ya están en la cama. Normalmente están más atentos y relajados para poder prestar atención. Para quienes hacemos colecho es de gran ayuda tener los libros a mano y no tener que levantarnos a cogerlos del que será su futuro dormitorio. A Emma le hemos puesto un estante sobre su cuna y ella los coge, nos los da y cuando hemos leído todos o se ha cansado, los pone de nuevo en su sitio para irse a dormir.
Por cierto, para quien no lo sepa o quiera copiar la idea, os informo de que el estante de arriba es realmente un especiero de Ikea. En la foto está al natural tal y como lo compré pero creo que voy a darle una pasadita de pintura, o quizá de washi tape. Si es así ya actualizaré con el resultado.
Para que no pierdan interés en la lectura y sobre todo si, como yo, tenéis muchos ejemplares, os aconsejo ir rotando los libros, aunque respetando siempre si tiene algún libro favorito. ¡Ese no puede faltar porque os lo pedirá!.
Una actividad que seguro les (y os) encantará es hacer de vez en cuando (o a menudo, según gustéis) una visita a la biblioteca. Pueden ver otros libros, ¡muchísimos!, incluso pedir que os llevéis a casa uno que les ha gustado mucho. A Emma le encanta ir y siempre que salimos le va diciendo a todo el mundo que ha ido «al sitio de los libros» y que había «mushos».
No puedo asegurar si todo esto que os he dicho ha ayudado a que Bolita le encanten los libros o es algo que llevaba dentro, aunque yo creo que sí. Pero para mí lo más importante es que le encantan y siempre los pide, no sólo para dormir, sino en cualquier situación… y yo disfruto viéndolo.
Y vosotros, ¿tenéis algún consejo para fomentar la lectura en vuestros peques?
Deja un comentario