Star Wars es, sin duda, uno de los iconos del universo friki. Desde la aparición en 1977 de la primera-cuarta película ha gustado a casi todas las generaciones, pero seguramente a quienes más gustó e impactó fue a los niños de entonces que ahora somos padres… así que nuestros hijos iban a tener difícil librarse y menos ahora que se ha lanzado ya la tercera trilogía.
Pues servidora, como buena friki seguidora de Star Wars que además no pierde la oportunidad de idear lo que sea para crear cosas en lugar de comprarlas (vamos, lo que viene siendo un DIY en toda regla), no podía dejar de hacer algo sobre este tema.
Cuando Emma era más pequeña tuvimos un pompero gigante que pasó a mejor vida (D.E.P.) y con el que ya la visualizábamos como una mini padawan como ya os enseñé vía Instagram. Y hace poco, recordando esa foto, decidí tomarla como base para crear un sable láser DIY.
Lo primero que se me ocurrió fue meter una guirnalda de luces led como las de Navidad, pero luego pensé que sería mejor optar por otro método que no precisara pilas… y entonces me acordé de la pintura luminiscente de Pintar sin parar que utilicé para hacer mis sillas reflectantes.
Así que me puse a ello:
- Me fui al bazar de cerca de casa y compré un pompero del tamaño adecuado y de color rosa (a elección de Emma, como no podía ser de otra manera).
- Cubrí la zona del mango con cinta de carrocero.
- Lo rocié con «la pintura de luz» como la llama mi peque mayor.
- Deje secar en vertical «clavando el mango» en un recipiente con monedas de céntimos. Casi que esta fue la parte más complicada.
- Lo puse al sol (y con la excusa aproveché para disfrazar a Emma de Jedi improvisado con retales que tenía por casa), para que se «recargara» y así pudiese brillar en la oscuridad.
Resultado:
- Un sable láser DIY que mola mucho, pero mucho, mucho, mucho en la oscuridad.
- Y una friki sesión de fotos improvisada con la que nos reímos un montón.
Imaginad lo que presume mi hija de su nuevo juguetito… y yo de mi Jedi favorita.
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