A Emma cada vez le gusta más hacer manualidades, así que estamos incorporando a nuestras colecciones los juguetes-DIY. Si hace poco os hablaba de esta cola de sirena, ahora le ha tocado el turno a un juego de matrioshkas (sí, se escribe así).
En casa tenemos una especie de obsesión/amor por las matrioshkas. Yo creo que me viene de lejos porque las conozco desde pequeña puesto que mis padres ya tenían en su casa.
Mis hijas siempre las han tenido al alcance de la mano (retirando las más pequeñas según su edad para evitar ahogamientos, claro) y han jugado muchísimo con ellas, por eso cuando vimos el kit de matrioshkas para decorar de Egmont toys sabíamos que a Emma le iban a encantar.
El kit de Egmont toys está compuesto por 5 matrioshkas de madera sin decorar, un pincel y un pack de 6 colores. Un «lienzo en blanco» para la imaginación de los peques (y los adultos, ¿por qué no?) que pueden dar rienda suelta a su creatividad y elaborarse su juego de matrioshkas personalizado.
Emma tuvo claro desde el principio lo que quería poner en ellas, súper heroínas. Concretamente: Buhita, Wonder Woman, Burbuja, Emma y BabyA «porque nosotras también somos súper heroínas, mamá». (¡¡Me la como!!).
Así que nos pusimos manos a la obra. Emma pintaba las piezas inferiores de la matrioshka suya y la de su hermana mientras yo dibujaba a lápiz las otras tres súper heroínas. Eso sí, con las características que me pedía: «con pantalón no, con falda», «los ojos de color morado», «el fondo que sea una galaxia»…
Aunque a mi niña le encanta pintar y dibujar sus 5 añitos no le permiten demasiada precisión. ¡¡Pero no hay problema!!. Servidora, sin demasiada precisión tampoco pero mejor pulso, apañaba como podía algún detalle. Muestra de ello es la carita de la muñeca Emma 😂.
Sobra decir que de los detalles pequeños me encargaba yo, pero en general mi pequeña estuvo pincel en mano mega entretenida dando vida a sus matrioshkas. Y lo mejor es conservarlas luego de recuerdo.
Y después de tamaña tarea, no podía dejar sin proteger nuestra creación. Una capa de barniz transparente mate al agua y asunto solucionado.
Lo que principio iba a ser un regalo de Navidad para sus yayos se ha quedado en casa como un juguete más. Y lo entiendo, tras pintarlas les ha cogido cariño.
Y hasta ya les hemos dado un uso que yo no había pensado: nos sirvieron de entretenimiento en la última visita al pediatra. Las cinco matrioshkas ocupan poco espacio y en unos segundos se convierten en ¡un ejército de súper heroínas!. ¿Qué más se puede pedir?.
Si os gusta la idea, podéis comprar el kit en Amazon.
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