Hoy, 20 de noviembre, Día Internacional del Niño, mi bebé mayor cumple 5 años… y yo cumplo otros tantos como mamá. Sin duda la faceta más importante de mi vida, no sólo en estos 5 años sino en todo el tiempo que dure, porque no voy a hacer nada mejor ni más importante que ser su madre y la de BabyA.
La maternidad es un aprendizaje continuo que no acaba nunca, pero creo que tras estos cinco años como madre, y los dos últimos como bimadre, ya me podrían dar un título, como en la Universidad :).
Fuera de bromas, este post es un poco distinto. Sólo quería escribirlo para dedicárselo a ella, a mi niña rubia, a la alegría de mis días y para darle las gracias.
Gracias chiquitina por tantas cosas que la lista sería interminable:
- Por amenizar los ratitos con tus cantos y bailes.
- Por tus «trucos de magia» que realmente son mágicos por tu inocencia.
- Por tus dibujo-regalos.
- Por tu imaginación infinita. Esa que nos transporta a sitios raros pero divertidísimos.
- Gracias por tu extrema sensibilidad. Me has recordado que el llanto es tan válido como la risa.
- Gracias por echarme una mano cuando lo necesito.
- Por estos cinco años de sacrificio pero con la mejor de las recompensas.
- Por estos 60 meses de amor incondicional bidireccional.
- Por estos 1826 días de hacerme mejor persona.
- Por las 43.824 horas de entrenamiento que hacen que mi paciencia haya crecido hasta límites insospechados.
- Por los 2.629.440 minutos que me han servido para conocerme más y mejor a mí misma.
- Por cuidar a tu hermana con tanto cariño.
- Pero sobre todo, como te digo tantas y tantas veces, sobre todo cuando estás un poquito celosa, por hacerme el mejor regalo de mi vida y que nunca nadie más me podrá hacer. El convertirme en mamá.
Te quiero bonita y siempre te querré… no matter what.
Deja un comentario