Creo que uno ha de ser consecuente con sus creencias, y con el ejemplo que le da a sus hijos. No vale decirles una cosa y actuar de manera contraria, porque es mucho más potente una imagen que mil palabras.
Por ello cuando a Emma le hablo de que hay que cuidar los recursos naturales, del reciclaje, de no hacer a los demás lo que no le gustaría que le hicieran a ellas, del respeto… me gusta que mis actos acompañen lo que le digo.
Uno de los ámbitos en los que incido es en la ropa. Quiero que valore el origen de la misma. Que para que nosotros vistamos no está bien que otros lo pasen mal. Y que es importante que apoyemos al comercio local.
Por eso ella sabe que mamá prefiere marcas de ropa con conciencia social.
Aunque yo ya conozco unos cuantos fabricantes, la verdad es que me viene muy bien conocer a Nati de Mobaby, de quien ya os he hablado.
No vende ropa de marcas con valores sociales y un estricto código ético solo porque «queda bien», sino porque cree en ello. Únicamente necesitas hablar dos minutos con ella, ya sea en persona o a través de alguna de sus redes sociales para ver que es así.
Además, es ella quien me da a conocer nuevas marcas y me asesora, con total franqueza, sobre éstas y sus productos… Y en una tienda, que al final no deja de ser un negocio, ese trato personal es algo desgraciadamente poco común y muy de agradecer.
Cuando me habló de Nuno y vi parte de su colección tuve claro las primeras prendas que quería de esta marca para mis hijas: Emma iba a estar encantada con el vestido rosa de estampado geométrico y estilo nórdico que tanto se lleva ahora. Bueno, en realidad a ella con que sea rosa le vale; y para BabyA pensé en el mono en azul que veis en las fotos.
No tenía muy claro cómo iba a quedarle el mono a mi renacuaja pero me apetecía probar con esa prenda porque de vestidos y bermudas vamos servidas, ya que los hereda de su hermana.
Al recibir el paquete lo primero que comprobé fue el tacto y cuerpo de la ropa. Sinceramente se nota cuando se selecciona la materia prima.
Luego el ojo crítico de Emma me confirmó que había elegido bien: su vestido le gustó tanto que quiso probárselo al momento y fue a mirarse al espejo. Y la verdad es que a mí también me encanta cómo le sienta.
Lo del mono de la pequeña fue amor a primera vista para mí. La veo preciosa con él y no sólo eso, sino que veo que le es muy cómodo, no sé si por el diseño o por el tejido pero os aseguro que le permite hacer todas las pillerías que se le ocurren.
Me gusta tanto que aún estoy dudando si cogérselo en rosa también. (Vale, lo reconozco, quizá sería pasarse un poco).
PD: Os aseguro que el asunto de no sacar las caras de mis hijas en las fotos me da para hacer no un post, sino un máster completo.
Que salgan bien, no estén movidas, no se vea su cara, se aprecie la prenda… ¿os lo imagináis?.
Deja un comentario