Hoy hace un mes que me reincorporé a mi puesto de trabajo. Después de un poco más de dos años y medio (entre embarazo, baja maternal y excedencia). Como os prometí al escribir esta entrada creo que es el momento de hacer balance.
- Un mes en que he estado separada de quien ha sido el centro de mi universo durante para mí poco tiempo.
- Un mes en que no me he despertado con sus abrazos y besos y con los juegos en la cama prolongados hasta que nos apetecía.
- Un mes en que he estado más atenta al móvil (si cabe) por si me llamaban diciéndome que le había pasado algo.
- Un mes en que se me humedecían los ojos cuando pensaba en qué haría mi corazón por ahí, en si lo pasaría mal o no y si me echaría de menos sólo una parte de lo que la echaba yo a ella.
- Un mes en que he vuelto a casa y me han recibido con brazos abiertos esperando un abrazo en volandas al grito de: «¡¡Mamá, mamá!!».
Por otro lado también ha sido un mes que me ha servido para saberme más fuerte a mí y a Bolita. No nos hemos derrumbado. Aunque la peor parte la he pasado yo (o al menos eso parece, que ella lo ha llevado muy bien), lo he superado bastante bien.
También he descubierto:
- Que me canso menos en el trabajo que con mi bichillo correteando por ahí.
- Que a veces es necesario desconectar de la crianza para volver con la paciencia cargada, lo que considero es mejor para las dos.
- Que me gusta el ambiente que hay en mi trabajo, mi equipo, y la jefa que tengo. Aunque en concreto lo que hago no me emocione, lo otro lo compensa.
- Que la «conciliación» para nosotros ahora en verano es que mi marido se cambie los turnos al de tarde para poder estar con Bolita por la mañana.
- Que no cambiaría nada en cuanto a la excedencia. Ojalá hubiera podido prolongarla más.
- Y por supuesto que llego a casa agotada pero del madrugón que me pego.
Considero que el cambio en esta nueva etapa lo he llevado bastante bien y que lo más duro está por llegar (embarazo más adelantado, que mi chiqui empieza el cole, la oposición que he de empezar a preparar desde YA y no tengo tiempo). Pero sé que independientemente de cómo salga todo encontraré mi momentito de paz y felicidad en nuestros cuchicheos o simplemente viendo cómo duermes.
10 Comentarios
es cierto que a veces es como una habitaciôn cerrada, el aire està viciado y no se puede respirar bien, en referencia a lo de desconectar para volver con las pilas cargadas…
yo tengo la suerte (o la desgracia, para otros, segûn cômo conciban la vida) de poder estar con ella y, aunque es agotador, es, sobre todo y màs que todo, un placer acompanyarla en sus primeros anyos de vida.
Para mí sería una suerte Mirari. Ojalá pudiera no trabajar y dedicarme incluso a educarla en casa.
no es fàcil, maja, pero bueno siempre hay que ceder de un lado o del otro, vivir màs simple o trabajar. pero bueno como estàs embarazada pronto volveràs con tu bolita 😉
Lo sé, que no es fácil.
Hay quien me dice que he estado mucho tiempo sin trabajar y que qué bien, a lo que yo les contesto que he trabajado más con mi hija que en mi trabajo. En fin.
Y sí!! Estoy contando los días para volver a desayunar junto a mi chica.
(se ha borrado mi mensaje!!!???)
cada situaciôn tiene su lado positivo y su lado negativo, solo hay que saber sacar partido de ello y ver lo bueno!
No se ha borrado. Te he contestado en el otro 😉
Yo sufrí mucho en navidad al pensar que tenía que separarme de mi niña pero también es cierto que cuando estaba en el trabajo sentirme algo más que la madre de me hacía recuperar un poco mi faceta de «persona».
Aún así entonces y ahora se me encoge el alma de separarme de mi peque 7 horas 🙁
Mandarinalia, es lo que nos ha tocado vivir.
Ojalá pudiera ser opcional y a elección de cada una si vuelve a trabajar o se queda en casa hasta que su bebé deje de ser tan bebé.
Deseo que día a día se te haga más llevadera la separación e imagino que como dices ayuda un poco el hecho de no sentirse únicamente madre, sino también «personas».
Un abrazo.
Me alegró que lo lleves mejor de lo que creías!!!! Yo empiezo con la cuenta atrás (90 días) y lo llevó fatal, en mi caso sobretodo porque le toca la guarde…
Me pongo a desvariar y me cabrea esta sociedad en la que vivimos…. Tener hijos y no poder disfrutar de ellos como quisiéramos.
Ay Ampi qué lástima!!
Bueno, siempre hay que pensar en positivo, así que lo mejor es que te alegres de todo este tiempo que has podido disfrutar de ella.
Pero tienes razón en este país la maternidad se ningunea desde las instituciones y también desde la calle y es una pena. ¡Ojalá hubiéramos nacido de Dinamarca hacia arriba!
Un beso reconfortante 😉